Nacida en el Siglo de Oro de las letras castellanas, fue la primera traducción completa al español hecha con gran fidelidad y exactitud, desde los idiomas originales: hebreo y griego. Llevó a la lengua castellana a su máxima grandeza. Se publicó en septiembre de 1569, treinta y seis años antes que el Quijote, pero se mantuvo desconocida pues, aunque hecha por el monje Casiodoro de Reina, fue perseguida y la mayoría de sus ejemplares quemados; sólo sobrevivieron poco más de treinta.
Se conjuntan para esta celebración dos temas de gran trascendencia: el del idioma español hablado por 567 millones de personas, con sus implicaciones económicas y culturales, y el del libro más influyente, leído, traducido y perseguido de la historia.
El nombre Biblia del Oso se debe a la portada con el emblema tipográfico del impresor Apiarius: Un árbol truncado, un oso que en posición erguida recoge en su boca abierta la miel de una colmena, unas abejas y en la parte inferior un libro abierto con el tetragrámaton del Nombre divino. Atado a una rama, hay un mazo que ha hendido al árbol. Diversos insectos y arañas amenazan la tarea de las laboriosas abejas. Debajo se leen las palabras del profeta Isaías en hebreo y en español: La palabra del Dios nuestro permanece para siempre.